miércoles, 27 de noviembre de 2013

Pequeño dinosaurio

                                                   PEQUEÑO DINOSAURIO

  Cuando despertó el dinosaurio todavía seguida allí, inmóvil, frío, con sus ojitos saltones y su patita desgarrada, por la cual iba perdiendo, poco a poco, su blanco y espumoso relleno.
  Frunció el ceño, y su redonda y pecosa se contrajo, resaltando su pequeña nariz respingona. Cogió su peluche y volvió a meterse en la cama, aunque se levantó inmediatamente al darse cuenta de que no había ni hadas, ni duendes, ¿dónde estaban?, se dijo, ¿lo habría soñado todo?
  Miró a su pequeño dinosaurio, que permanecía inmóvil, y decidió hacer una pequeña excursión a la despensa, porque, a lo mejor, sus diminutos y mágicos amigos estaban allí.
  Bajó silenciosamente las escaleras, con el dinosaurio sujeto fuertemente contra su pecho y se dirigió a la despensa. En ella reinaba un silencio sepulcral, y la única luz que había era la que entraba por un pequeño ventanuco. Miró por toda la despensa, aunque no encontró nada, y cuando iba ya a marcharse vio una pequeña lucecita parpadeando en el ventanuco. Se acercó, con el corazón palpitante, y miró por este. Por él pudo ver una gran multitud de lucecitas danzando y bailando afuera.
Rápidamente se encaminó sigilosamente a la puerta principal y salió al exterior. Allí hacía frío, aunque no le importó, y se acercó, nerviosamente, a las diminutas lucecitas, que la envolvieron, jugueteando con los pliegues de su camisón y alborotando su pelo. Su dinosaurio también danzaba y volaba a su alrededor, rodeado de pequeñas lucecitas.
  Entre risas y bromas, la pequeña niña de carita redonda y pecosa, con la nariz respingona  y cabellos oscuros, cayó profundamente dormida.
  Cuando despertó el dinosaurio todavía estaba allí, aunque no se encontraba en el mismo sito que cuando se había despertado por primera vez.
 
                                                              FIN

Esta historia esta inspirada en el cuento mas corto de mas historia de la narrativa,
 " Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí ", Augusto Monterroso.

Espero que os haya gustado,
Clara

jueves, 21 de noviembre de 2013

VOLVER

La exterminación de todos los ciudadanos de Besgod. Ese sería nuestro destino si alguno de nosotros se atrevía a pasar la frontera establecida. Esta es la condena que nos tocaba seguir por culpa de unos descerebrados que osaron matar a la reina, hace más de dos siglos. Asumieron su culpabilidad con una condena de muerte, pero pasaron su legado a los descendientes. Esta reclusión ha acarreado desastres. Unos ínfimos, pero otros muy grandes, como es, por ejemplo, un retroceso en la economía y un pavor al mundo exterior a los límites establecidos, pues ya son desconocido para ellos. Una vez al año, una única vez, pasaba por el pueblo una carroza con nobles en su interior, los cuales escogían entre el campesinado a sus próximos criados, este es el llamado ''día de caza''.
                               1.- Porque todo empieza cerca del final.
Otra vez. Otra vez veía a esa mujer dando un paso más para allá, hacia la frontera. Siempre experimentaba una extraña sensación cuando la observaba, una sensación entre envidia y miedo. Siempre había querido dar un paso más para allá de la frontera, salir de este condenado sitio. Aun así, las leyes son claras y seguramente si no las cumplo mataran a todos las personas que me importan. Hasta ahí no puedo llegar.
Notaba que se estaba acabando esta pesadilla. Ya podía oír el sonido del viento y poco a poco iba notando mi cuerpo. Fue en ese momento cuando la vi. Mi sorpresa fue inmensa cuando descubrí que ahí estaba. Que siempre había estado. Mi madre. Esa mujer, que ocupaba todos mis sueños, ¿había sido siempre ella?. No lo sé, la respuesta a esta pregunta siempre será un misterio, pero ahora quiero seguir soñando, soñando con ella, con mi madre. Seguir contemplándola. Esto ya no es lo mismo sin ella y sin mi padre. Cuando murieron, de una extraña forma que nadie supo averiguar, yo y mi hermana pequeña Vivi nos fuimos con mi abuela a una pequeña casa a las afueras del pueblo. Una extraña casa, antigua y desgastada con el paso del tiempo. Pero, al fin de cuentas, un sitio al que llamar ''hogar''.
Me desperté. Ese sueño. Mi madre...
Giré la cabeza. Vivi dormía como un lirón al lado, siempre la he envidiado por ello, no tiene miedo a sus sueño, a lo que su mente pueda pensar. Miré al techo, observando las extrañas formas que la Luna creaba sobre este. No dormí mas en toda la noche. Aquel sueño absorbió toda mi atención. Aquel extraño sueño...

ETERNIDAD

                      ETERNIDAD

     
PRÓLOGO
             
              “Esperada elegida,
                de poder codiciado e inigualable belleza.
    Más poderosa que los poderosos,
    más maldita que los malditos,
    más infeliz que los infelices…
    Entonará un cantar maldito,
    y suplicará a los dioses.
   Sera traicionada por aquellos en los que confía,
    y ayudada por aquellos a los que desprecia.
   Su Clan, oscuro y poderoso,
   invocador de la muerte
   y desconocido para ella.
  Un destino marcado por la muerte…”





                                                               Voces  del viento
                                                               Profecía del  maldito                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 



 CAPITULO 1


  Miro por la ventana. La lluvia se estrella fuertemente contra esta. El viento susurra, con voz fantasmal, palabras incomprensibles. Un rayo surca el cielo; todo mi cuerpo se tensa y un amargo escalofrió me recorre entera.
  Enciendo una vela y cojo un libro de encima de mi mesilla de noche. Sé que leer no me ayudará a dormir, al contrario, pero me hará olvidar esta horrible sensación aunque  solo sea por un rato.





CAPÍTULO 2

  Aún me siento nerviosa por la sensación de anoche y, por eso,  por más que intento concentrarme, no lo consigo.
        -      Date prisa  - Elizabeth me está mirando desde la puerta y susurra nerviosa. Al  ver que no reacciono se acerca y me pellizca.  
        -      ¿Te quieres dar prisa?   - dice enfadada.
        -      Oye, podrías hacer tu algo, que ha  sido idea tuya  - digo mientras me froto el brazo y frunzo el ceño. A veces no puedo creer la cara que tiene.
        -      Ya, Dana, pero si te pillan a ti no pasa nada.  - dice mientras sonríe y vuelve a asomarse por la rendija de la puerta para asegurarse de que no viene nadie.
        -      Sí, nada menos que una encantadora  semana de castigo fregando suelos. No hay                 que olvidar  la bronca que me echara Erina  -  digo mientras pongo los ojos en blanco.
  Erina es la jefa del servicio. Por lo general es encantadora, pero cuando se enfada puede ser muy cabrona y tener demasiada imaginación. Normalmente cuando me castiga, me suele mandar a encargarme de la limpieza, comodidad y bienestar del príncipe Eric y sus aposentos, persona a la que yo odio profundamente. Ella lo sabe, aunque está empeñada en que hacemos una buena pareja y me tortura con ello cada vez que me castiga. El sentimiento de odio entre Eric y yo es mutuo, asique esa semana me toca trabajar el doble para complacer al principito y él se lo pasa de lo lindo. No le puedo explicar a Elizabeth todo esto porque ella también está empeñada en emparejarme con su hermano, cosa imposible por diversas y notorias razones, y se aseguraría de que me castigaran normalmente además de idear planes malvados con Erina. Asique me limito a decirla que me toca fregar suelos y evito problemas.  Y bueno, os preguntareis, ¿Cómo es el encantador príncipe Eric, con quien estas dos intentan emparejarme? Es el típico miss perfecto.  Es guapísimo, esta buenísimo y es bueno en todo lo que hace; bueno, más que bueno es que todo lo hace perfecto.  Alto, moreno, de ojos verdes, atlético, caballeroso…resumiendo, el típico sueño de toda mujer por lo que parece a excepción del mío. Para mí es un hipócrita borde que no valora lo que tiene y todas sus fans unas idiotas descerebradas que solo  valoran el físico. Seguramente si yo cogiera una estúpida espadita o hiciera cualquier cosa “típica” de los hombres las haría mejor que ellos, pero aquí lo que piense una mujer importa una mierda… Dejémoslo que me voy del tema, es un autentico capullo y lo demuestran la cantidad de callos, rozaduras y cicatrices que se me han quedado de tener que limpiar por su culpa.
       -      Venga no te quejes  -  dice Elizabeth - seguro que no es tan duro…
  Pongo cara de “a que te doy” mientras intento refrenar mis instintos asesinos.
        -      Claro, es verdad, no se puede comparar con el horrendo castigo que recibirá nuestra pobre princesita. Tendrá que aguantar una pequeña charla de su padre sobre su inapropiada conducta y  se librará en pocos minutos de todo castigo – digo sarcásticamente.
       -      No tiene gracia, tendré leerme por enésima vez el puñetero libro de leyes y normas de la realeza. No sabes lo horrendo y aburrido que eso- dice enfurruñada.
       -      Venga no llores  -  digo vacilándola y riéndome a la vez.
  Me saca el dedo mientras se hace la indignada. Menudo tesoro de princesa.
       -      Guárdate el teatro para luego, que o nos vamos ya o nos va a caer una buena.
  Salimos rápidamente de la habitación y nos dirigimos al bosque.
                                                        
  Cuando llegamos al bosque, cosa que no tardados mucho ya que estábamos cerca de la puerta trasera, no podemos parar de reír. El pobre infeliz que entre en aquella habitación se va a llevar un buen susto.
  Caminamos hacia el interior del bosque cuando oímos un ruido, alguien nos está siguiendo. Nos damos la vuelta sigilosamente y de unos matorrales aparecen dos cabecitas. Son Zendala y Jonathan, los hermanos mellizos pequeños de Elizabeth.
  Jonathan es un muchacho soñador, valiente y divertido que,  aunque solo tiene  12 años,  ya es todo un experto con la espada. Nadie puede ganarle con ella a excepción de su hermano mayor Eric, pero ese es miss perfecto. Zendala es una  muchacha sonriente, de carácter risueño y alborotador, que odia los modales. Según ella son solo cursiladas a las que tienen sometidas a las mujeres.  Los dos son encantadores y muy revoltosos, y vuelven loca a su institutriz.
  Los dos hermanos se nos acercan.
       -      Hola Dana  - dice Zendala, parece desganada y triste, me pregunto que habrá pasado. Jonathan me saluda con un gesto de cabeza.  Ese odioso gesto lo ha sacado de su hermano, a quien esos dos enanos adoran, pero que a mí me pone de los nervios.
       -      Eli, tienes que venir a casa.  -  dice Zendala, cada vez parece más nerviosa.
  Elizabeth mira extrañada a su hermana.
       -      Papa me dijo ayer que me reuniera con él a las tres, ¿ha pasado algo?
       -      Son las tres y media  - dice Zendala con una sonrisa triste.
       -      ¿QUEEEEEEEEEEEEEEEE?  - gritamos Elizabeth y yo a unísono.
       -      Oh dios mío llego súper tarde, mi madre me va a matar…, Eli luego nos vemos y me cuentas que tal. Adiós enanos  -  digo guiñándoles un ojo mientras corro hacia casa. Intento no darle importancia al estado de Zendala, aunque estoy preocupada.
  Caminaba rápido pensando cómo explicarle a mamá mi notario retraso, cuando choco con una persona que no he visto. ¡Estoy en Babia!
   Mientras ayudo a la señora Doufel  a ponerse en pie, ella me mira tristemente.
       -      Deberías irte a casa cielo  -  dice.
  Voy a preguntarle qué pasa, cuando oigo a la gente gritar e insultar a alguien en la plaza principal. ¡Iban a quemar a una mujer acusada de brujería! Eso es algo no ocurre desde hace años. El pánico va apoderándose de mí, solo hay una bruja en todo el pueblo. Corro hacia la plaza y mis temores se hacen realidad. Me quedo helada. Se lo que está pasando, lo veo, pero no lo asimilo. ¡Van a quemar a mi madre! Pero eso no puede ser, mi madre no ha hecho nada, nunca ha hecho nada…
  Los ojos se me llenan de lágrimas y salgo corriendo hacia ella. Estoy a punto de llegar al estrato cuando dos guardias me apresan.
       -      ¿Se puede saber qué coño pasa?  -  grito  -  Ella nunca ha hecho nada, ¡nunca!  - las lagrimas surcan mis mejillas. Estoy furiosa, mucho más de lo que lo he estado nunca.
  Los guaridas se miran, dudan si decírmelo o no.
       -      ¡Decírmelo! tengo derecho a saberlo... joder, soltadme ¡SOLTADME!  - los guardiasme agarran con más fuerza. Ilusos, sino quieren soltarme peor para ellos. Lo pagarán con la vida. Estoy a punto de chamuscarlos como están haciendo ellos con mi madre, cuando alguien me golpea en la espalda.
      -      Soltadla  -  dice Eric. Los guardias obedecen al instante. Se han librado por los pelo. Eric tira fuertemente de mí hacia un callejón lejos de la multitud aunque yo intento resistirme, pero claro aquí el fuerte es el no yo. Ya me daba a mí que no era un acto caballeroso, seguramente me echará alguna charla.
       -      ¿Se puede saber qué coño te crees que haces? ¿Quieres ir de cabeza tú también a la hoguera? -  me grita frustrado. Vaya si que estaba estresado, nunca le había oído decir una palabrota. Eso habría sido muy divertido de no ser porque estaban quemando a mi madre en la hoguera.
        -     Perdona ¿Se puede saber qué coño ha hecho mi madre para estar en la hoguera? ¿Qué ha hecho? ¿Sus majestades se han cansado de ella y han decidido matarla? ¿Dónde están tus padres?, ¿dónde están tus puñeteros padres Eric? ¿La mandan a la hoguera y luego no tienen el valor para venir?  -  en sus ojos puedo ver rabia. Seguramente si hubiera sido un tío me habría pegado, pero por lo que parece es encantadoramente caballeroso hasta cuando se enfada y nunca pegaría a una chica. JA, peor para él.
       -      Mis padres están muertos, han sido asesinados.
       -      ¿Qué? – Me siento mal por todo lo que he dicho, pero hay otra cosa que me angustia más que eso, ¿qué coño tenía que ver con mi madre? Lentamente caigo… no… era imposible… ella no haría daño ni a una mosca… Le interrogo con la mirada, no podía creerlo, necesito oírlo de sus labios.
       -      Alguien entro ayer por la noche en el palacio. Dana utilizaron magia, les mataron con magia…y solo hay una bruja en el pueblo. Además vieron a tu madre entrar a palacio ayer por la noche - la voz se le quiebra. Lentamente recupera la compostura y su voz vuelva a ser fría y monótona como siempre - Seré coronado rey mañana por la mañana. Hasta entonces el Consejo toma las decisiones. No han dicho nada de ti, no tienes cargos. Te protegeré.
Empiezo a llorar desesperadamente. Eric se acerca y me acaricia la mejilla.
       -      Pero… pero… mi madre… nunca haría algo así. Tienes que creerme… Eric por favor… ayúdala…  -  sollozo desesperada.
Suelta aire lentamente. Nunca le había visto tan frustrado ni desesperado. Nunca había mostrado tanto sus emociones como ahora.
       -    Dana… lo siento. Si fuera rey sería diferente… habría un juicio… sabes que yo no permitiría esto… - su voz suena rota. Más que intentar convencerme a mí de ello, se está intentando convencer a sí mismo.
Aparto su mano de mi mejilla de un manotazo.
       -      Pero no lo eres…  - le corto fríamente y salgo corriendo. Sé que no estoy siendo justa con él, pero no quiero oír nada más… Solo quiero salvar a mi madre.
  Cuando llego a la plaza ya es demasiado tarde. Mi madre está atada en un palo, en el centro de la plaza, quemándose.
       -      Cuidad de ella, por favor…  -  dice antes de morir.
  Me desplomo en el suelo, sollozando. La desesperación va dejando paso a la rabia y el odio. Mi madre siempre había querido el bienestar del pueblo y, vale, era una bruja, pero ella no mataba ni a una mosca. Solo ayudaba, sonreía y regalaba piruletas a los niños tras curarles  por lo valientes que habían sido. Solo era la mejor madre del mundo, y ellos me la habían arrebatado injustamente.
  Al cesar las llamas, corro hacia los restos de mi madre y veo un ligero resplandor medio enterrado entre las cenizas. Es su precioso anillo medio chamuscado. Rápidamente lo cojo. En mi mente sólo hay una palabra: “venganza”. Tengo ganas de chamuscarlos a todos con un rayo, e intento hacerlo, pero de mi boca empiezan a brotan palabras y mas palabras sin sentido, que acaban convirtiéndose en un cantar maldito. Lentamente empiezo a convocar a los elementos, a la muerte y a la tragedia. Mis pies se despegan del suelo, mi cabello flota detrás de mí y mis ojos se oscurecen. Me siento genial, llena de adrenalina.
             
              “Eterno invierno,  campos sin vida…
 La luna llena, una derrama de sangre…
 Un aullido, la sentencia de un ganado…
Un descuido, la muerte.
Un rey sin corona, un pueblo maldito…
Una maldición echada, de buen merecido.
Llorar y suplicar infelices,
Hoy muere vuestro destino...”


  Nadie se mueve. Todos están demasiado horrorizados. La verdad, me siento fatal y lo siento muchísimo por Elizabeth, es mi mejor amiga y no quiero hacerla daño; por sus hermanos pequeños y hasta por Eric, tendrá que gobernar en un pueblo maldito. Echare de menos a Erina, con sus manías, y a la señora Doufol, por preocuparse siempre por mí; pero nunca puede negarse el instinto de una bruja, si tu magia te dice que hay que hacer algo, hay que hacerlo. Tu magia solo actúa por su cuenta cuando sigue una profecía, y por lo que parece yo estaba involucrada en una… Respiro lentamente hasta que mi pulso vuelve a la normalidad y veo demasiado tarde una flecha que se dirige hacia mí. Rápidamente me teletransporto al bosque, aunque no lo suficientemente rápido y la fecha se clava en mi brazo dolorosamente.
                                                 …

  Corro lo más rápido que puedo.  Me agacho, esquivo matorrales, ramas… salto piedras, raíces y troncos caídos. Voy lo más rápido que puedo pero siento que no avanzo. El cansancio empieza a hacer mella en mí, me duele el pecho y me cuesta respirar. La herida me arde, recordándome que está ahí. Tropiezo con una raíz  y caigo al suelo. Intento levantarme pero mi cuerpo no responde. Está entumecido, dolorido y herido. Mi visión se nubla y me desmayo.
                                                                
       
  Potentes rayos de sol chocan contra mi cara. Poco a poco voy abriendo los ojos y un fuerte dolor de cabeza me azota. Recuerdo sobresaltada lo ocurrido e intento incorporarme rápidamente, pero un latigazo de dolor me hace caer de nuevo al suelo. Lentamente intento incorporarme de nuevo. Poco a poco lo voy consiguiendo, y al final me siento. Al intentar levantarme del todo me entran náuseas, asique decido sentarme y reflexionar sobre lo ocurrido. Veamos, han quemado a mi madre en la hoguera, mis instintos asesinos mágicos me han hecho echarle una maldición a mi pueblo y seguramente los aldeanos hallan quemado mi casa. Además, he quedado como una llorica histérica delante de Eric, aunque que él, por primera vez, ha estado bastante majo; y me han intentado matar con una fecha. Lo más gracioso de todo es que solo es poco más de medio día, ¿que pasara esta tarde?, ¿una manda de peluches asesinos? Viendo como ha empezado el día puede suceder cualquier cosa. Esto es una mierda, mi vida es una auténtica mierda. Necesito llegar a mi casa lo antes posible, bueno si sigue existiendo y llevármela de aquí. Todavía no sé muy bien cómo, pero juraría haber leído algo en un libro de hechizos de mi madre.
  Ahora si me incorporo del todo y veo estrellitas al intentar mover el brazo. Mejor lo dejamos quietecito. Lentamente rasgo la manga de mi vestido, la herida no tiene buena pinta y no para de sangrar. Cojo el trozo de tela que es desgarrado y lo utilizo como venda. Espero que sirva y aguante. Poco a poco voy recorriendo el sendero de camino al pueblo. Me paro al final de este. Para llegar a mi casa necesito atravesar todo el pueblo ya que esta se encuentra a las afueras. Va a ser complicado.

La última palabra

 PRÓLOGO:                                                                  
 -Hola,  soy Mark. Creo que lo más correcto, es empezar diciéndote como soy... tengo 28 años, soy alto, con el pelo negro y corto, claro, que lo más sorprendente de mi es como dependiendo de mi estado de ánimo, mis ojos, que aunque generalmente son azules pueden cambiar de color entre el negro más intenso que puede haber, un marrón tan oscuro como el tronco de un árbol  o el azul más claro y puro, pasando por todos y cada uno de los colores que te puedas imaginar.
 Bueno, creo que ya te he dicho mi descripción física ahora creo que debería decirte que soy un MAGGER, de nivel 5… claro que tú aún no sabes que es eso…pero ¿sabes qué?,  te voy a contar una historia; la historia de cómo yo Mark Mage me convertí en MAGGER de nivel 5 y como junto a mi mejor amigo Hurley Binz rescatamos el mundo de la destrucción total a manos de EL SEÑOR DE LAS TINIEBLAS.

            








                     
 Capítulo 1: Imaginaciones
                                                                                              
Nos situamos sobre el año 2013, hace quince años. Yo,  tenía 14 años. Me acuerdo que era una lluviosa tarde de otoño. Era viernes, y serían las 8:00 de la tarde; yo iba con mi madre y mi hermano pequeño a hacer la compra en el coche de mi madre, después de un muy duro, día escolar, seguido de un largo y cansado entrenamiento de baloncesto.  Me acuerdo de que estábamos hablando de “que tal había ido el día”. Yo estaba diciendo que al día siguiente tendría un partido de baloncesto.
Al pararnos en un semáforo en rojo, divisé entre la lluvia una persona. Dicha persona estaba caminando entre los coches, pidiendo dinero. -Un mendigo-, pensé. Iba vestido con ropa sucia y rota, con un gorro en la cabeza y un cartel colgándole del cuello en el que ponía  “Ayuda, soy viudo y tengo 5 hijos a los que alimentar no tengo trabajo ni ninguna fuente de dinero”.
Al terminar de leer aquel cartel, vi como una fuerte luz calló desde el cielo, cubriendo de blanco hasta donde alcanzaba la vista y cegándome por completo. Al recuperar la visión, volví a mirar por la ventana,  y, en es momento, me fije que no solo había un mendigo, ¡si no que había dos!, exactamente iguales misma ropa, misma expresión…todo era muy extraño, pero eso no era lo más raro que iba ver, puesto que uno de los dos “gemelos”, curiosamente más blanquecino que el otro, como un relámpago, atravesó al otro sin que pareciese que el se diese cuenta. Al verlo, sorprendido, le pregunte ha mi madre. -¿Has visto eso?- Mi madre, (una señora alta de piel morena, con pelo castaño y gafas cuadradas, con mucho genio cuando quiere), extrañada me preguntó. - ¿Ver el qué?- a lo que la contesté. -¡Pues el destello y a los mendigos atravesándose!-mi madre aún más extrañada me contestó. -¿Qué destello, que “mendigos”, si solo hay uno?- al fijarme vi que uno de los mendigos, el más blanquecino había desaparecido por completo. Sin embargo había algo diferente en el mendigo que aún estaba, algo que no encajaba…de repente me fije ¡al mendigo le faltaba la sombra! Esta vez decidí no decírselo a mi madre, por lo que pudiese decir, a si que le dije. -Habrá sido una imaginación...- Mi hermano (un chico fuerte, pero delgado, de piel blanca ojos marrones y pelo rubio, liso y suave como la seda) con tono de burla me dijo.- ¡Qué si pesado, que ya sabemos que estás loco!- Mi madre enfadada, le dijo a mi hermano.- ¡Fernando!, no le digas eso a Mark, ¡discúlpate ahora mismo!- mi hermano entre dientes me dijo. -Perdón Mark- yo amablemente le contesté. -No pasa nada Fer-.
     Durante el resto del día tuve una sensación muy extraña y como estuve sospechando desde lo del mendigo, esa noche, no dormí nada bien.
             






                 
Capítulo 2: ¿Quién puede ser?

Al día siguiente, me desperté con un fuerte dolor de cabeza puesto que la noche anterior dormí bastante mal.
Mi madre, me había preparado la ropa, para el partido de baloncesto, a los pies de mi cama; me vestí, desayune, y me fui con mi padre y mi hermano Fernando al partido. Mi madre y Max, mi hermano mayor, de aspecto tosco y despreocupado, alto para su edad (15 años) y con el pelo rizado, se habían quedado en casa.
         Al llegar al pabellón en el que íbamos a jugar, me encontré con algunos compañeros de equipo, que ya habían empezado a entrenar. Rápidamente, me puse a entrenar con mis compañeros y después de unos minutos empezó el partido.
Al llegar el descanso íbamos ganando de más de 20 puntos. Me fui junto a mis compañeros al baño, para beber agua y descansar un poco. Terminé de beber el último, y cuando fui a salir, vi que un compañero mío de el equipo, y del instituto, Hurley Binz, alto y fuerte como un roble, con ojos marrones, pelo muy negro y que generalmente estaba siempre rodeado de amigos. Estaba hablando con una especie de hombre muy negro, más que negro, era oscuro, parecía como...una sombra.
Al verme el hombrecillo oscuro desapareció. Hurley, haciendo como si nada me dijo. –¿Volvemos al partido?- Yo, asombrado, le pregunte. -¡¿Cómo qué si volvemos al partido?! ¿No me vas a decir qué era eso con lo que hablabas?- El extrañado me dijo. – ¿Mark de qué hablas?- A lo que yo enfadado y con unos ojos inyectados en sangre, contesté. -¿Cómo que “de qué hablas”, te he visto hablando con ese hombrecillo oscuro y de repente…ha desaparecido- El me contestó en tono muy bajo. -¿Lo has visto?- Y entonces en un grito de desesperación le dije. –¡Pues claro!, ¿tu que crees? Ni que hablase en otro idioma…- El, con una cara que nunca le había visto poner, susurro para sus adentros. –Es un MAGGER…- Yo alterado, con unos ojos tan negros que daban miedo, le dije. –Hurley, me vas a contestar, ¿O qué?-Hurley, despertándose como de un sueño muy profundo, me dijo. – Mira, Mark, ahora no tenemos tiempo, te prometo que después del partido te lo contaré todo. Hasta entonces, no menciones el tema. ¿Me lo prometes?- Yo por fin feliz, después de todo este lío, le dije. –Te lo prometo, pero ahora vamos al partido que debe estar a punto de empezar la segunda parte- Los dos con un gesto amigable salimos del baño y nos incorporamos al entrenamiento como si nada hubiera ocurrido
Después del partido, Hurley me dijo que si podía ir a su casa a dormir, y de esta forma que me explicara que era aquel hombrecillo negro del cuarto de baño.


Llegamos a su casa en el coche de su padre, un hombre alto, viudo y con un aire misterioso, el cual amablemente nos sirvió la comida a Hurley y a mí. Después de la suculenta comida, me fui con Hurley a su habitación, al entrar todo parecía normal, pero una vez dentro te dabas cuenta de que había algo que no encajaba, ¡Eran las sombras!, cada uno de los objetos, muebles y ser vivo que parecía entrar en la habitación parecía perder su sombra, Hurley me vio con cara de sorprendido y me dijo. -¿Lo ves?- Yo conteste.-Bueno…..en realidad no estoy viendo ninguna…- El dijo.- Efectivamente eres un MAGGER…-Yo ya cansado del tema le pregunto.- ¿Se puede saber de una vez que es eso de MAGGER?- El después de soltar un breve suspiro me empieza a explicar.- Mark, esto que te voy a decir es algo que nadie deberá oír de tus labios hasta que no se te sea permitido.- Yo asiento con la cabeza y contesto.- Ni una palabra saldrá mi boca...-








               Capítulo 3: Todo se basa en las sombras

Hurley me empieza a explicar.- Mark, los MAGGER somos un grupo de personas, descendientes del mayor y más sabio mago, o como preferimos llamarnos nosotros liberadores de sombras, que ha existido en el mundo: “El Gran Liberador Mestyc”; el cual encerró al “Señor De Las Tinieblas”, hace miles de años en el fatídico mundo Refulgente, hace miles de años. Pero, hace poco, fuimos avisados de que un terrible mal se había desatado en estas tierras, efectivamente el Señor de Las Tinieblas había sido liberado de su prisión, ¿Por quién?, no se sabe…. Desde el momento en que recibimos la señal de alarma todos los MAGGERS hemos lanzado un conjuro, el Mestycus, este conjuro fue creado por el Gran liberador Mestyc, y es necesario para proteger todas las sombras, las cuales son escondidas, de forma que cuando los tiñidos, ven un objeto, cubierto con ese conjuro, se creen que no tiene sombra y lo dejan tal cual- En ese momento interrumpe Rufus, el padre de Hurley, con dos vasos de zumo de naranja y un par de sándwiches, miro por la ventana y me doy cuenta de que ya es por la tarde. Rufus le da la bandeja a Hurley y se va cerrando la puerta tras de sí.
Yo antes de nada, me como el sándwich, me bebo ansioso el vaso de zumo y le digo a Hurley.- Hurley, como comprenderás me quedan muchas cosas por asimilar, pero, sigo sin entender donde cuadra el hombre negro del baño en todo esto…- Hurley deja el vaso de zumo en la bandeja y dice.- Es verdad, casi se me olvida.
En esta parte de la historia es donde nosotros entramos, los MAGGERS. Nos dividimos en 5 niveles, tan solo hay 6 MAGGERS de nivel 4, y solo ha existido uno de nivel 5, El Gran Liberador Mestyc.
Los MAGGERS podemos elegir si queremos que nos vean las personas. Y para eso es necesario haberse iniciado.
Hablando de niveles, he de decirte que los MAGGERS, tenemos un tope, es decir, cada MAGGER puede llegar a alcanzar un nivel, yo por ejemplo podré llegar a ser de nivel 4, lo cual es muy bueno-.
-Un momento- Digo yo.- ¿Como se sabe a que nivel serás capaz de llegar?- Hurley me contesta terminándose el último sorbo de zumo.- Se lo tienes que preguntar a cualquier MAGGER de nivel 4 los días de Congregación, en agosto. Estos días de Congregación sirven para saber a que nivel será capaz de llegar un MAGGER principiante, como tú, y de esta forma encargarle las misiones correspondientes a cada nivel, aunque también es donde podrás elegir si quedarte en el mundo de los MAGGERS o vivir como una persona normal, una vez hayas decidido esto serás oficialmente un iniciado. Dicho esto, te voy a decir que tipo de misiones son encargadas a cada nivel:
Las misiones de mensajería son entregadas por MAGGERS de nivel 1 y 2; el hombre “negro” del baño era uno de estos, los de nivel 3 nos encargamos de proteger las sombras de las personas en caso de peligro y los 6 MAGGERS de nivel 4, son los que se encargan en periodos como este, en los que el Señor De Las Tinieblas es libre, en crear un plan ofensivo para liberar a las sombras- Yo asustado le digo.- ¡Para!, no te alteres, has dicho esta ultima frase tan rápido que pensaba que te iba a dar un infarto…- El dice.- ¿De verás?, lo siento.- Yo le contesto.-No te preocupes, pero tengo otra gran duda. Desde que hemos empezado esta conversación, es más, desde que hemos entrado en la habitación, no he dejado de oír la palabra “sombra”, ¿Por qué hay tanta obsesión con las sombras?-Hurley, más tranquilo y sentado en su cama, mirando el calendario, dice.- Las sombras es lo que le da poder al Señor De Las Tinieblas. Las sombras son raptadas por los tiñidos a los cuales solo pueden ver MAGGERS de nivel 4 y 5, a no ser que no quieran robar una sombra sino un objeto material. Aun así, hay una forma de saber que hay un tiñido cerca sin necesidad de un alto nivel, esto se debe a que cuando un tiñido va a robar una sombra, todos los MAGGERS sea cual sea nuestro nivel, vemos una luz blanca y la duplicación de la persona, objeto o animal a la que se le va a ser robada la sombra pero más blanquecina- En ese momento un escalofrío me recorre la espalda, y me viene a la memoria la imagen de aquel mendigo de ayer…
Hurley sigue explicando.- Que no podamos ver a los tiñidos, no quiere decir que no podamos atacarles. El reflejo blanquecino de la persona es un reflejo del tiñido, al cual se le podrá atacar en el momento en que las dos personas, objetos o animales se toquen, lo cual después de la duplicación es cuestión de segundos.
Cuantos más tiñidos atrapes, más rápido te acabarán dando el título que certifica tu siguiente nivel, pero también existen otros encargos menores que también te darán experiencia.
Dicho esto- Hurley se levanta y me dice.-Pongámonos a trabajar, hasta agosto aun quedan varios meses y yo, al ser el primero en saber que eres MAGGER, soy el encargado de conseguir que adquieras algo de nivel antes de que lleguen los días de Congregación. También he de avisarte de que a partir del nivel 2 serás capaz de pegar saltos de increíble potencia y obtendrás una fuerza sobrehumana.
En cuanto termina de decir esta frase, oigo a Rufus diciendo que vallamos a cenar.
Cuando terminamos la cena, fuimos a ver una película y como a las 10:30 de la noche, mientras veíamos la película, Hurley me debió ver con cara de cansado, y me dijo.- Vete a la cama y descansa bien, mañana tendremos trabajo.